Este blog patrullerasargentinas.blogspot.com pretende compilar, en un solo lugar, toda la información que se refiera a la actividad presente, pasada y futura de las lanchas patrulleras, guardacostas y unidades menores de la Armada República Argentina (ARA) y de la Prefectura Naval Argentina (PNA)

martes, 29 de marzo de 2011

Submarinos argentinos en acción IV: El ARA San Luis (S-32) y el ARA Salta (S-31) durante la crisis con Chile en 1978
 
Los submarinos argentinos IKL 209 de origen alemán que poseía la Armada Argentina eran de lo más moderno de Sudamérica. Del tipo SSK (submarino de ataque convencional diesel-eléctrico) el ARA Salta (S-31) y el ARA San Luis (S-32) habían sido incorporados al servicio activo hacia poco más de tres años. Pese a esto los altos mandos envían a los veteranos “GUPPY” a las zonas de patrulla más “calientes”.
 
Foto 1. El ARA Salta (S-31) haciéndose a la mar en Mar del Plata, de fondo la escollera sur (Fuente: http://www.ara.mil.ar/)


El “Salta” y el “San Luis” zarparon de la Base Naval Mar del Plata (BNMP) el 8 de diciembre de 1978 hacia el extremo sur del continente, dando inicio a sus patrullas de guerra. Todos los comandantes de los submarinos argentinos recibieron la orden de “no atacar si no se era atacado en primer lugar”, una medida un tanto extraña para el mundo de los submarinistas donde siempre se busca lo contrario, esto es “atacar primero y luego escabullirse para no ser atacado”.

En su navegación en inmersión hacia el sur, el ARA San Luis, comandado por el Capitán de Fragata Félix Bartolomé, sufre la avería de uno de sus motores diesel.
 
El ARA San Luis (S-32) y una patrulla con menos riesgos.

Esto reducía en un 50% el rendimiento del submarino y la recarga de baterías, ya que a poco de su incorporación a la Armada otro de los motores se había roto y no había podido ser reparado (la gravedad de la avería era tal que había que sustituir el motor o hacer una reparación fuera del buque, lo que requería el corte del casco y posterior soldadura). Este nuevo problema en los motores, no pudo ser solucionado por los mecánicos de la tripulación pese a los denodados esfuerzos realizados.

Foto 2. El “Salta” navega en superficie en aguas del Canal de Beagle hacia 1979 (Fuente: http://www.laperlaaustral.com.ar/)

Informada la situación al Comando Naval, éste ordena cambiar la zona de patrulla del “San Luis” destinándole una a mayor resguardo y cercana del territorio nacional, la boca este del Estrecho de Magallanes, al norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego. La patrulla del disminuido submarino se completó sin novedad y luego recibió ordenes de dirigirse al encuentro del pesquero “Aracena” (buque requisado por la ARA y utilizado en esta ocasión como nodriza de los submarinos) en las cercanías de Isla de los Estados.

Mapa. Zonas de patrulla asignadas al “Salta” y al “San Luis” en diciembre de 1978.

Pocos días después de la mediación Papal que evita el conflicto bélico con Chile, el “San Luis” pone proa rumbo a la BNMP, adonde arriba el 16 de enero de 1979, luego de 876 horas de navegación y 6270 kilómetros. Tres años más tarde, el S-32 cumpliría una riesgosa patrulla de guerra enfrentando a la Royal Navy durante la Guerra de Malvinas.

El ARA Salta (S-31) y un encuentro peligroso.

El ARA Salta (S-31), comandado por el Capitán de Fragata Eulogio Moya, se dirigió a su zona de patrulla, en las aguas del Cabo de Hornos. En su travesía hacia el sur, a la altura de Isla de los Estados, y mientras recargaba sus baterías sumergido a profundidad de snorkel se da un hecho curioso, pero que pudo haber sido trágico. Un avión Grumman S-2E Tracker de la Armada Argentina en misión ASW (antisubmarina), detecta sus mástiles y haciendo vuelos rasantes empieza a lanzar sono boyas para tratar de dar con el submarino no identificado. El “Salta”, advertido por sus sistemas de detección busca rápidamente las profundidades del mar y evade la localización por parte del Tracker, que sin dudas le hubiera lanzado cargas de profundidad o torpedos al confundirlo con un submarino chileno, ya que no disponía de información sobre las rutas de navegación de los submarinos propios.

Foto 3. Imagen de un Grumman S-2E Tracker, similar al mencionado en esta entrada, tomada desde el periscopio de un submarino (Fuente: http://www.nuestromar.org/)

Pasado el susto, el “Salta” prosiguió en inmersión su ruta hacia el Cabo de Hornos, una zona donde el violento oleaje dificultó la tarea de recarga de baterías mediante snorkel y donde las corrientes submarinas hicieron que la navegación fuera algo errática. Cuando navegaba a profundidad de snorkel la antena de contramedidas del “Salta” detectaba la acción de un radar chileno terrestre que monitoreaba los movimientos navales de la zona, pero seguramente a causa del fuerte oleaje el submarino argentino pasó desapercibido para los radaristas chilenos.

 
Un día antes del día “D”, fecha del “Operativo Soberanía” que incluía el desembarco y toma de las islas en litigio (Lennox, Picton y Nueva), mientras el “Salta” asomaba su snorkel, para cargar baterías, apareció ante los ojos del oficial de guardia que escudriñaba el horizonte, la silueta de un submarino operando en superficie. Hasta alcanza a divisar en forma nítida a de dos de sus tripulantes sobre el casco hacia proa.

 
El CF Eulogio Moya ordena inmediatamente la suspensión de la operación de snorkel e imparte directivas para cubrir puestos de combate y ganar mayor profundidad. Los tubos lanzatorpedos se preparan con torpedos MK-37 antisubmarinos a la espera de la orden de lanzamiento. La sorpresa es total, ya que la detección enemiga fue a la vieja usanza, es decir en forma visual. Aparentemente el ruido de los motores funcionando mientras recargaba sus baterías imposibilitó al sonarista alertar antes de su peligrosa presencia.

Foto 4. En un mar encrespado la proa del ARA Salta se debate entre las olas, mientras avanza por el Canal de Beagle (Fuente: http://www.mundohistoria.org/)

De repente el sonarista advierte al Comandante que el submarino chileno se sumerge ganando profundidad y la tensión aumenta ante la posibilidad de haber detectado la presencia del “Salta” en aguas jurisdiccionales chilenas. Pese a estar dadas todas las condiciones y cálculos como para lanzar torpedos el CF Eulogio Moya, decide aguardar los movimientos de la nave chilena antes de actuar, tal como le fue ordenado desde el Comando Naval. El nerviosismo se hace presente en la tripulación cuando el sonarista advierte que escucha rumores de un torpedo en aproximación. El “Salta” inicia maniobras evasivas para no ser alcanzado y el operador de sonar comunica, para tranquilidad de todos, que el rumor se disipa y desaparece.

 
El Comandante aguarda expectante nueva información sobre la posición submarino chileno a fin de tomar decisiones, cuando irrumpe el oficial de comunicaciones e informa que se ha logrado descifrar el mensaje recibido mientras se cargaban las baterías: las operaciones navales previstas se suspenden por haber aceptado el Gobierno argentino la mediación Papal. Las nuevas órdenes para el “Salta” son dirigirse a la Isla de los Estados y encontrarse con el pesquero (ahora buque nodriza) “Aracena”.

Foto 5. El pesquero Aracena que requisado por la Armada Argentina sirvió las veces de buque nodriza de la Fuerza de Submarinos en 1978 (Fuente: http://www.histarmar.com.ar/)

El submarino chileno, era sin dudas el ARCH Simpson (SS-21), única unidad totalmente operativa por aquellas fechas. El Comandante del “Simpson” en esos cruciales días Capitán de Navío (R) Rubén Scheihing, niega en forma rotunda que hubiera mantenido contacto con submarinos argentinos y contundentemente afirma que no se efectuó ningún lanzamiento de torpedos (para ataques antisubmarinos disponía de los anticuados MK-27 “Cuties” que ya en los ´60 eran considerados obsoletos).

 
¿Qué pasó entonces? Si se da crédito al Comandante chileno ¿qué fue lo que el operador de sonar interpretó como la aproximación de un torpedo? Tal vez en un momento de tanta adrenalina, el sonarista confundió el llenado de agua de uno de los tubos propios con torpedos MK-37 que se alistaban, con el rumor de la corrida de un torpedo. Ello explicaría también el súbito desvanecimiento posterior.

 
Lo cierto es que, con lanzamiento o no del torpedo chileno, se estuvo muy cerca de un enfrentamiento submarino que podría haber marcado el inicio de un conflicto armado de consecuencias y costos (materiales y humanos) imprevisibles.

Foto 6. Toma aérea de la vela del ARA Salta navegando en superficie (Fuente: http://www.elsnorkel.com/)

El ARA Salta (S-31) retornó a la BNMP el 16 de enero de 1979, junto a su gemelo ARA San Luis (S-32), luego de una patrulla que duró 31 días (unas 740 horas) y en la que recorrió unos 8.470 kilómetros. Durante la Guerra de Malvinas en 1982, el “Salta” verá menos acción. Por problemas técnicos relacionados con la emisión de rumores y vibraciones fuera de lo común, entró a dique seco, y quedó fuera de las patrullas de guerra de la COFUERSUB. Pese a ello realizó tareas complementarias ordenadas por la superioridad hacia fines de mayo, pero eso es otra historia.

Relato basado en las siguientes notas periodísticas:

“La Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina en la crisis de 1978” Autor: Ricardo Burzaco / Revista DEYSEG Nro 43 / Argentina (Publicado en la web por http://www.mgp-club.com/)

“La Fuerza de Submarinos de la Armada de Chile en el conflicto de 1978” Autor: Iván Martinic / Diario El Mercurio / Chile (Publicado en la web por http://www.mgp-club.com/)

Fuentes varias.

viernes, 25 de marzo de 2011

Submarinos argentinos en acción III: El ARA San Luis (S-32) en la Guerra de Malvinas

A fines de diciembre de 1981 asume el comando del submarino ARA San Luis (S-32), el Capitán de Fragata Fernando Azcueta y es designada la nueva tripulación. Cuatro meses más tarde esta inexperta y novata dotación partiría en patrulla de guerra contra la Royal Navy, experta en guerra antisubmarina por su rol en la OTAN.

El 3 de abril de 1982, un día después de la “Operación Rosario” que posibilitó la recuperación de las Islas Malvinas, el CF Azcueta recibe la orden del Comando de la Fuerza de Submarinos (COFUERSUB) para alistar al submarino lo más rápido posible para zarpar hacia el Atlántico Sur. Realizados los aprestos necesarios, entre ellos la carga de víveres y agua para un tiempo prolongado de patrulla, el “San Luis” parte de la Base Naval Mar del Plata (BNMP) el 11 de abril. Para llevar a cabo la campaña había sido aprovisionado con 10 torpedos SST-4 filoguiados y antibuque de origen alemán, y con 14 torpedos MK-37 antisubmarinos de origen norteamericano, consideradas armas de última generación.

Foto 1. Carga de torpedos por los tubos de proa en un submarino IKL 209 argentino (Fuente: http://www.histarmar.com.ar/)

El 19 de abril, se produce un desperfecto en la computadora de control de tiro VM8-24, que no puede ser reparado a bordo. Esta avería significaba que los lanzamientos de torpedos debían realizarse en base a cálculos manuales, y de a uno por vez, no pudiéndose realizar en “salva” de dos o tres unidades como se realiza normalmente con los sistemas computarizados. Comunicada esta novedad a la superioridad recibe la orden de continuar con su patrulla, ya que la flota británica de superficie ya estaba rumbo a las Islas Malvinas (comenzaría a arribar a la zona 3 días más tarde) y se presuponía la presencia en aguas australes de los temidos submarinos nucleares.



El "San Luis" ingresa en la mañana del 28 de abril a su zona de patrulla, conocida como “María”, al norte de la Isla Soledad, en busca de buques ingleses, pero es recién el día 29, que a raíz de los sucesos en Georgias del Sur (recuperación por la fuerza de los británicos), que se le autoriza a atacar potenciales blancos de ocasión.

Primer torpedo lanzado por la Armada Argentina durante un conflicto bélico.

El 1º de mayo, día en el que se inician las hostilidades en el Teatro de Operaciones de Malvinas, el sonarista del “San Luis” detecta un rumor hidrofónico que se identifica como perteneciente a un destructor británico, también detecta despliegue de helicópteros en la zona. El Comandante Azcueta ordena poner rumbo al contacto de sonar y establecer profundidad de periscopio para confirmar la apreciación. La niebla impide que se pueda visualizar el blanco.

Foto 2. El Teniente de Fragata Maegli, responsable de comunicaciones, sosteniendo el periscopio, posa junto al Capitán de Fragata Fernando Azcueta, Comandante del "San Luis" (Fuente: http://www.nuestromar.org/)

Ante la posibilidad de resultar descubierto por los ingleses, Azcueta toma la decisión de lanzar sobre el contacto un torpedo filoguiado SST-4 desde una distancia de 8.700 metros. Grande fue la decepción cuando pasados dos minutos del lanzamiento el operador advirtió que el cable del filoguiado se había cortado, por lo que el torpedo continuó su derrota sin guía pero también sin alcanzar su blanco. El "San Luis" inició entonces maniobras evasivas para evitar la segura reacción británica, que no se hizo esperar mucho. Enseguida el sonarista advirtió sobre un torpedo lanzado por helicópteros ingleses y el Comandante ordenó ganar profundidad y lanzar señuelos (conocidos como “Alka Seltzer” en la jerga del ARA) con el objetivo de desviar la trayectoria del proyectil enemigo. La decisión pareció acertada cuando el sonarista comunicó que el torpedo que se acercaba amenazante hacia la popa del “San Luis” cambió imprevistamente de rumbo pasando de largo con destino incierto.

Ilustración 3D. Imagen artística que recrea el primer lanzamiento de un SST-4 por parte del ARA San Luis (S-32) durante la Guerra de Malvinas (Autor: Andrea Assanelli / Fuente: www.elsnorkel.com)

Pero la “cacería” contra el “San Luis” recién comenzaba. Minutos más tarde comenzaron a oírse los estruendos de las cargas de profundidad lanzadas a ciegas por los helicópteros enemigos. Los “cazadores” eran tres helicópteros antisubmarinos (ASW) Sea King del 826 Sqdn del portaaviones HMS Hermes que con el apoyo de las fragatas HMS Brilliant y HMS Yarmouth trataban en vano de dar con el paradero del S-32, que a esa altura se había posado en las profundidades del lecho marino.

En aquella jornada, y según fuentes británicas, los Sea King habrían lanzado al mar unas seis cargas de profundidad MK-11 y dos torpedos antisubmarinos MK-46, sin obtener mayores resultados. Las lejanas ondas expansivas no llegaron al “San Luis” que aguardó en silencio 5 largas y angustiantes horas antes de emprender nuevamente su navegación. Durante ese período la tripulación se mantuvo en sus literas y sin actividad buscando el mayor ahorro de oxígeno posible.

Foto 3. El Teniente de Navío Ricardo Alessandrini, Jefe de Armamento, junto al Teniente de Fragata Alejandro Maegli durante la patrulla de guerra en aguas de Malvinas (Fuente: www.nuestromar.org)

Nuevo contacto de sonar y segundo lanzamiento

El 5 de mayo hacia la noche, se detecta un nuevo rumor hidrofónico hacia popa que el sonarista interpreta como el de un submarino en aproximación. El Comandante ordena ocupar los puestos de combate para hacer frente al contacto de sonar, que avanzaba navegando en zigzag. Cuando el mismo se hallaba a unos 2.000 metros de distancia Azcueta ordena el lanzamiento de un torpedo antisubmarino MK-37. Minutos más tarde la tripulación oye una fuerte explosión pero no se logra confirmar el resultado ni el blanco atacado. Muchas conjeturas se han planteado sobre a que le dio el torpedo antisubmarino del “San Luis”, una sugería un impacto sobre el submarino Clase Oberon HMS Onyx que regresó a Gran Bretaña con la proa dañada (La Royal Navy atribuyó la avería a un accidente contra unas rocas), otra a un disparo certero contra una ballena o un cardúmen de krill, debido a que su rumor en el sonar y la tensión de la situación podría haber confundido al sonarista de guardia.

El tercer lanzamiento no fue la vencida

El 11 de mayo, en las proximidades de la boca del Estrecho de San Carlos, se estableció un nuevo rumor en el sonar atribuido esta vez a dos buques de guerra del tipo fragata. El Comandante Azcueta ordenó atacar al blanco más cercano ubicado a unos 7.300 metros del “San Luis”. Se asignó para el lanzamiento el tubo nº 1 pero el torpedo falló y no salió. Inmediatamente se estipuló un nuevo lanzamiento desde el tubo nº 8, pero la distancia a la fragata se había acortado a tan solo 4.700 metros. El torpedo SST-4 salió lanzado hacia el blanco pero cuando apenas llevaba tres minutos de recorrido se cortó el cable de filoguiado. Expectante, la tripulación aguardó en vano el estruendo de alguna explosión lejana.

Cuando se aprestaba a realizar un nuevo lanzamiento sobre el otro contacto de sonar, las fragatas comenzaron a alejarse a toda velocidad haciendo maniobras evasivas, por lo que se abortó la acción.

Foto 4. Un submarino IKL 209 de la Armada Argentina emerge a máxima potencia (Fuente: http://www.histarmar.com.ar/)

Frustrado por la ineficacia de su sistema de armas, el Comandante comunica al COFUERSUB, las novedades de su ataque infructuoso y recibe la orden de regresar al continente y dar por finalizada su patrulla de guerra.

Impotencia final: la revancha que no pudo ser

Luego de 39 días de patrulla, de los cuales 36 hizo en inmersión (unas 864 horas) el “San Luis” atracó en la Base Naval de Puerto Belgrano, el día 19 de mayo en horas de la noche. La tripulación barbuda, exhausta y decepcionada por la falta de éxitos en la misión se dispuso a descansar aguardando una nueva patrulla que le diera oportunidad de tomarse revancha.

Foto 5. El Capitán de Navío Moya recibe, ya entrada la noche, a la barbada y agotada tripulación del ARA San Luis que forma sobre cubierta, recién arribada a Puerto Belgrano luego de su patrulla de guerra (Fuente: www.nuestromar.org)

Mientras tanto, los técnicos inician febriles tareas para reparar los sistemas y averías diversas que sufrió el “San Luis” durante su travesía en por el Atlántico Sur. También se conforma un comité técnico para analizar las posibles causas de las fallas suscitadas en el sistema de armas y en los torpedos mismos. Las tareas de puesta a punto tardaron más de lo previsto, y el 14 de junio, día de la rendición argentina en las islas, encontró al ARA San Luis aún en dique.

Foto 6. La tripulación posa frente a la vela del ARA San Luis luego de regresar de la patrulla de guerra (Fuente: http://www.nuestromar.org/)

A pesar de no poder hacer daño con sus torpedos, este pequeño submarino y su tripulación, pudo burlar el bloqueo inglés y llenar de preocupación a los Comandantes de la flota inglesa. La Royal Navy, el brazo armado de la estrategia antisubmarina de la OTAN, nunca pudo dar con él.

Como reconocimiento a los servicios prestados al país durante la Guerra de Malvinas, la bandera de guerra del ARA San Luis (S-32) recibió la condecoración “Honor al Valor en Combate”.


La Yapa: ¿Por qué fallaron los lanzamientos de torpedos? ¿Qué se hizo al respecto?

En primer lugar debe mencionarse que la avería en la computadora de control de tiro fue un factor que explica en parte el fracaso de los lanzamientos. Los técnicos de abordo, con escasa experiencia en el submarino, no supieron encontrarle solución a esta falla. Por este motivo los torpedos debieron lanzarse a la vieja usanza o sea de forma manual calculando y haciendo las estimaciones de trayectoria necesaria para dar con su blanco.

Foto 7. Torpedo filoguiado SST-4 para ataque de blancos en superficie que se exhibe en el Museo de la Fuerza de Submarinos de Mar del Plata. El mismo tiene secciones transparentes para poder visualizar su mecánica interior (Autor: Mariano Agostini)

Las fallas presentadas por los torpedos filoguiados SST-4 de origen alemán, se explican aparentemente en un error de ensamblado que afectó la polaridad de los conectores del giróscopo. También se menciona que el fabricante AEG-Telefunken constató fallas en el diseño de los SST-4 destinados al mercado de exportación e introdujo mejoras en los mismos para subsanarlas a fines de los '70, pero que éstas no se implementaron en los torpedos entregados a la Armada Argentina por razones presupuestarias.

También por limitaciones de presupuesto la Armada nunca había probado torpedos SST-4 reales, sino sólo algunos de ejercicio, sin carga explosiva. En las pruebas efectuadas a fines de 1981 (el año anterior a la guerra) incluso éstos fallaron, logrando completar la trayectoria y recorrida previstas uno solo.

En 1983 técnicos de la Armada y alemanes enviados por AEG Telefunken revisan el sistema de control de tiro y los torpedos, haciendo las modificaciones necesarias para dotar de confiabilidad al sistema de armas submarino Clase 209 / torpedos SST-4.

Posteriormente se realizan varias pruebas y ejercitaciones siendo la más importante la desarrollada por el ARA Salta (S-31), el 31 de octubre de 2001, al lanzar un torpedo SST-4 modificado sobre el pesquero en desuso “Polo Sur” usado como blanco naval.

Foto 8. Un SST-4 lanzado desde el ARA Salta (S-31), submarino Clase IKL 209, impacta de lleno en el pesquero Polo Norte en 2001. Imagen capturada desde el periscopio.

Anteriormente, el 15 de junio de 1987 el submarino, Clase TR 1700, ARA Santa Cruz (S-41) había realizado un exitoso lanzamiento de un SST-4 mejorado sobre el destructor (radiado de servicio 3 años antes y utilizado como blanco) ARA Py (D-27). El impacto produjo una explosión que elevó al buque en su parte media unos 5 metros, partiéndolo literalmente en dos, en escasos 5 minutos se fue a pique desapareciendo de la superficie del mar.

Foto 9. Explosión provocada por el impacto de un torpedo SST-4 sobre el destructor ARA Py lanzado en una prueba realizada por el ARA Santa Cruz (S-41) en 1987.

Si bien hacer especulaciones con los hechos ya consumados de nada sirve, uno se pregunta (más al observar las pruebas realizadas con los SST-4 mejorados), que hubiese pasado si el sistema de armas hubiera estado en condiciones operativas óptimas.

Fuentes:

- “Viaje al fondo de los mares del sur” por Jorge Fernández Díaz. Diario LA NACIÓN Sábado, 22 de Agosto de 2009 (www.histarmar.com.ar / www.elsnorkel.com)
- “Uno contra todos” por jorge R. Bóveda (www.irizar.org )
- “Malvinas la guerra Aérea” por Rodney y otros. Ediciones Open Argentina, 1988.
- Otras varias.

jueves, 24 de marzo de 2011

Cuarta generación de submarinos – Clase IKL 209 – 1974

De origen alemán, los submarinos Clase IKL 209 diseñados a mediados de los ’60 por el Ingeniero alemán Ulrich Gabler (que a fines de la 2da Guerra Mundial había diseñado los modelos Tipo XXVI y XXVII), fueron concebidos como submarinos de ataque para la exportación. Construidos por Howaldtswerke-Deutsche Werft AG (HDW) con sede en Kiel y Thyssen Nordseewerke GmbH (TNSW) de Emben, fueron un gran suceso ya que se construyeron más de 60 unidades que fueron exportadas a las Armadas de Argentina, Brasil, Colombia, Corea del Sur, Chile, Ecuador, Grecia, India, Indonesia, Perú, Turquía y Venezuela.

Imagen 1. Perfil de los submarinos Clase IKL 209 / 1200 de la Armada Argentina (Autor: Adrián Dueñas / Publicado en: www.histarmar.com.ar)

La Armada Argentina dio un salto tecnológico de importancia al decidir incorporar los modernos IKL 209, dando origen a su cuarta generación de submarinos, para reemplazar a los antiguos GUPPY cedidos por los EE.UU. en los ’60. Otra novedad de importancia fue que el contrato con los alemanes estipuló la compra de 2 unidades a ser ensambladas en los astilleros argentinos de Tandanor (fueron transportadas a Argentina en tres secciones), lo que otorgó al país un know how importante en materia de construcciones navales de este tipo.
 
 
************ FICHA TÉCNICA **************En 1975, los flamantes submarinos IKL 209 son puestos a prueba por la Armada, realizando una patrulla de 50 días en inmersión total, prescindiendo de cualquier apoyo externo. Durante esta campaña se evalúan equipos, se ensayan maniobras y se ejercita con los torpedos SST-4. El "San Luis" además realiza un reconocimiento fotográfico de las costas de la Isla Soledad de las Islas Malvinas, argentinas pero en posesión británica desde 1833.Foto 2. El ARA Salta dejar ver su vela en las inquietas aguas del Canal de Beagle (Fuente: www.histarmar.com.ar)

En 1982 el ARA San Luis participaría en forma activa en la Guerra de las Malvinas, realizando una patrulla de guerra de 40 días de duración -la mayor parte del tiempo en inmersión-, en la cual efectuó tres lanzamientos de torpedos (dos de SST-4 y uno de MK-37) sin obtener confirmación de impacto en naves inglesas. La Royal Navy, especializada en guerra antisubmarina, nunca pudo detectarlo pese a estar alerta permanente por la amenaza que representaba para la Task Force. En aquel tiempo el ARA Salta, su gemelo, se encontraba en reparaciones por emitir “ruidos en navegación y vibraciones” que lo hubieran convertido en una presa fácilmente detectable, por lo que quedó al margen del conflicto. Operó sin embargo durante la guerra tratando de encontrar el origen de sus anomalías hidrofónicas y, ante la noticia de los fallidos lanzamientos de los torpedos SST-4 parte de su gemelo, realizó también pruebas de su sistema de armas, que arrojaron también un balance negativo.Foto 3. El ARA San Luis (S-32) amarrado en la Base Naval de Puerto Belgrano (BNPB). Obsérvese al fondo la silueta inconfundible del portaaviones ARA 25 de Mayo (Foto: Walter Pascuzzo / Photobucket)
Poco tiempo después de terminada la Guerra de Malvinas, ingenieros alemanes revisaron los sistemas de armas a fin de corregir las fallas evidenciadas en la faz operativa.

Entre 1989 y 1995 el ARA Salta recibió una modernización en sus motores, baterías y sistemas para extender su vida de operativa y continúa hasta hoy en servicio destacado en la Base Naval Mar del Plata (BNMP).
Foto 4. El ARA Salta en la base de operaciones de la Fuerza de Submarinos ubicada en la ciudad de Mar del Plata (Fuente: www.zonamilitar.com)

El veterano de guerra “San Luis” en cambio fue pasado a condición de reserva ese mismo año y el 23 de abril de 1997 fue declarado en desuso, con un futuro realmente incierto: ser vendido o ser convertido en museo. Sin embargo, la Armada Argentina decidió preservarlo en las instalaciones del Astillero Domecq García, en situación de reserva. Para ello se le realizó un tratamiento especial de conservación en su casco.Foto 5. El ARA San Luis en el astillero Domeq García en 2009, después de haber sido pintado con antióxido para preservar su casco y vela (Autor: Carlos Mey / www.histarmar.com.ar)
Algunas informaciones dan cuenta que durante el corriente año el “San Luis” ingresará al Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR), compuesto por el astillero Alte. Segundo Storni y TANDANOR, para su reparación y regreso al servicio activo. El plan consistiría en modernizarlo al estándar U-209/1400 (fue concebido como U-209/1200), alargando su casco con una sección más (como los 209 brasileños), cambiando su sistema de propulsión, y dotándolo de nueva tecnología. Estos trabajos estarían concluidos recién para el año 2015.
Para ver video de la actuación del ARA San Luis durante la Guerra de las Malvinas haz click aquí.

Fuentes consultadas:

www.elsnorkel.com
www.fuerzasaeronavales.com
www.histarmar.com.ar
Otras

Foto 1. El ARA Salta (S-31) se desplaza en superficie durante unas maniobras realizadas por la Armada Argentina (Fuente: www.histarmar.com)

Incorporados al servicio activo de la Fuerza de Submarinos fueron bautizados como ARA Salta (S-31) y ARA San Luis (S-32). Entre las mejoras tecnológicas sobre las unidades GUPPY se pueden mencionar los sistemas de sonar para operar en modo activo y pasivo (sonares Krupp-Atlas CSU-3 y Sintra Alcatel DUUX 2 CN) y el sistema de armas que consta de torpedos filoguiados SST-4 alemanes.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Submarinos argentinos en acción II: El ARA Santa Fe (S-21) y el ARA Santiago del Estero (S-22) durante la crisis con Chile en 1978

A principios de Mayo de 1977 la reina Isabel II de Inglaterra, falla en laudo arbitral la soberanía de Chile sobre las Islas Picton, Lennox y Nueva más islotes adyacentes, que estaban en disputa con Argentina (ver mapa 1). La Junta Militar Argentina rechaza la decisión arbitral y comienza un conflicto diplomático con Chile, que hace preveer el desenlace inminente de un conflicto bélico. Ambos países se preparan para la guerra, y empiezan febriles adiestramientos sobre todo en las Armadas debido a las características geográficas de la zona en disputa. Las FF.AA. de Argentina planean para fines de 1978 el “Operativo Soberanía” con el objeto de invadir Chile por varios pasos y desembarcar en las islas del Canal de Beagle en efectiva posesión chilena. Un gran temporal que atrasa los planes de invasión argentinos, y la mediación del papa Juan Pablo II el 22 de diciembre de 1978, evitan finalmente que el clima hostil que se vive derive en una guerra Argentino-Chilena de resultado incierto y consecuencias imprevisibles.

Mapa 1. Dentro del círculo azul las disputadas islas Picton, Lennox y Nueva. El reclamo argentino pasaba por la soberanía sobre las mismas y porque el límite marítimo entre Argentina y Chile se situara entre estas islas y la chilena Navarino.

Como parte del plan de operaciones el 8 de diciembre de 1978 zarpan de la Base Naval de Puerto Belgrano (BNPB) con rumbo al teatro de operaciones los cuatro (4) submarinos de los que disponía en ese entonces la Armada Argentina, los veteranos GUPPY: ARA Santa Fe (S-21) y ARA Santiago del Estero (S-22) y los más modernos IKL-209 de origen alemán: ARA Salta (S-31) y ARA San Luis (S-32).

Del otro lado de la cordillera, en el Pacífico Sur, la Marina Chilena hacía también sus preparativos. Su fuerza de submarinos que “en los papeles” equilibraba a la de su oponente argentino, estaba en franca desventaja. Constaba de cuatro (4) unidades: dos (2) sumergibles de la clase Balao (sin la modernización GUPPY de los argentinos, sólo con la vela rediseñada con fibra de vidrio) y dos (2) modernos submarinos clase Oberon de origen británico.

Foto 1. Los tres submarinos chilenos en servicio activo en 1978. Los modernos Oberon de origen britanico "Hyatt" y "O'Brien" con el característico domo de proa, y el antigüo sumergible clase Balao de origen norteamericano, "Simpson". Obsérvese como curiosidad en este último, que a popa de la vela, todavía subsiste el montaje de cañon de 127mm (Fuente: nuestromar.org)

Los Balao eran el ARCH Thomson (SS-20), -ex USS Spot SS-413- y el ARCH Simpson (SS-21) –ex USS Springer SS-414-, los nuevos Oberon (incorporados en 1977) el ARCH O’Brien (SS-22) y el ARCH Hyatt (SS-23). Pero la paridad no sería tal, ya que en diciembre de 1978, para la época de mayor tensión con Argentina, porque sólo el "Simpson" estaba operativo. El "Thomson" estaba en “reserva activa” (todo un eufemismo ya que no estaba en condiciones de operar), el "O’Brien" estaba en dique seco por mantenimiento y el "Hyatt" con un motor averiado estaba varado en Talcahuano. "Uno contra todos", al Simpson le tocó una difícil misión en caso de no haber solución diplomática conflicto, atacar a la flota de desembarco argentina tratando de causar el mayor daño posible, y con suerte sobrevivir para contarlo.

El ARA Santa Fe (S-21) en acción

El comandante del "Santa Fe", Capitán de Fragata Alberto Manfrino, recibió la orden, al igual que los comandantes de los otros submarinos argentinos, de disparar sus torpedos sólo en caso de ser atacado en forma previa por la Marina de Guerra de Chile, y se dirigió a su zona de patrulla de guerra en la Bahía Cook, ubicada entre las islas chilenas Hoste, Gordon y Londonderry (ver mapa 2), al noroeste del Cabo de Hornos. Su importancia estratégica estaba dada por ser el acceso natural al Canal de Beagle desde el Oeste y el paso obligado de la Escuadra Chilena en caso de dirigirse al Cabo de Hornos con destino final el Océano Atlántico.

Mapa 2. Los círculos rojos señalan las zonas de patrulla de los GUPPY argentinos: la Bahía Cook asignada al ARA Santa Fe y el sudoeste de la misma encomendada al ARA Santiago del Estero.

La elección de su zona de patrulla pareció plenamente justificada, cuando a mediados de diciembre, detectó con su sonar rumores hidrofónicos de buques de guerra, que llegaron a superar la docena. Sin dudas se trataba de la flota chilena haciéndose a la mar, por lo que en el "Santa Fe" sonó el zafarrancho de combate, cada tripulante ocupó su posición y se iniciaron los preparativos en la sala de lanzamiento de torpedos. El comandante y su tripulación, cumpliendo con las órdenes de “no atacar si no se era atacado primero”, permanecieron en absoluto silencio mientras las naves chilenas pasaban sobre su submarino sin detectarlo (aparentemente la flota chilena navegaba sin sonares de detección activos para evitar la detección temprana a distancia por naves argentinas, pero no contaron con la presencia submarina enemiga tan cercana y peligrosa)

Foto 2. La escuadra naval chilena avanza con sus buques camuflados y en formación. Tal vez una imagen similar apareció en la mente del sonarista del ARA Santa Fe al detectar los contactos de sonar (Fuente: nuestromar.org)

Una vez pasados los momentos de tensión y alejada la flota chilena, el Comandante fijó un nuevo rumbo hasta un punto más seguro para transmitir mediante claves de comunicación las novedades de la patrulla a sus superiores.

Foto 3. El ARA Santa Fe (S-21) en inmersión deja asomar sobre la superficie del mar sus mástiles. De izquierda a derecha: 1º periscopio y carenado de antena RWR AT-222, 2º periscopio, mástil de comunicaciones VLF, AN/BLR-1, snorkel con luz de navegación y antenas AS-1198 y AS-1287 (Fuente: www.harpoondatabase.com)

Con la misión cumplida, recibió órdenes de dirigirse a la Isla de los Estados, donde se debía encontrarse con su improvisado buque nodriza, el pesquero “Arancena”, requisado por la Armada Argentina, que en ese momento ya abastecía al submarino ARA San Luis.

La campaña del ARA Santa Fe durante la crisis duró 33 días (del 8/12/1978 al 10/01/1979) durante los cuales navegó 3955 millas náuticas (unos 7324km). Cuatro años más tarde, en 1982, el "Santa Fe" participaría activamente en la campaña de Malvinas.

El ARA Santiago del Estero (S-22) en acción

La zona de patrulla asignada al “Santiago de Estero” se encontraba al sudeste de Bahía Cook, en las cercanías de las aguas del Cabo de Hornos, al sur de donde hacía su patrulla el “Santa Fe”. En estas aguas difíciles y tempestuosas no fue fácil la navegación de estos venerables submarinos, pero la estoicidad y profesionalidad de la tripulación hizo que todo se desarrollara de acuerdo a lo planeado.

Foto 4. El ARA Santiago del Estero en la Base Naval Mar del Plata (BNMP).(Fuente: www.wikipedia.org)

Un día durante su patrulla de guerra el sonar del "Santiago del Estero" detectó la presencia de un buque, probablemente enemigo. A fin de proceder a su identificación, el Comandante, Capitán de Fragata Carlos Sala, ordena emerger a profundidad de periscopio. Ante sus ojos aparece la silueta de un submarino navegando en superficie al que inmediatamente reconoce como uno de los “Balao” de la Armada Chilena. La tripulación toma sus puestos de combate y alista los torpedos MK-37 antisubmarinos en sus tubos de proa. Como el sumergible chileno no asume ninguna actitud hostil o de evasión e inmersión (datos que dan cuenta que no había advertido la presencia del Santiago del Estero), el Comandante decide seguir con la cautelosa observación y hasta logra obtener una foto del “Simpson” antes de alejarse discretamente de la zona.

Foto 5. Esta imagen correspondería a la fotografía obtenida a través del periscopio por el ARA Santiago del Estero, del ARCH Simpson navegando en superficie para recargar baterías. Nótese que si bien se observa el pequeño domo del sonar WFA a mitad de proa característico de los Balao chilenos, no se observa a popa de la vela el cañón de 127mm, que podría haber sido removido para esa campaña (Fuente: nuestromar.org)

La navegación en superficie del sumergible chileno se explica por su antigüedad, ya que al no disponer de snorkel, estaba obligado a emerger para poder recargar sus baterías. El Capitán de Navío Rubén Scheihing, Comandante del sumergible chileno “Simpson” durante esos días, niega de todas formas que haya existido algún contacto con submarinos argentinos, en los casi 70 de patrulla, pese a que la prueba de la foto lo desmentiría.

Luego de comunicar las novedades a su Comando el Capitán de Fragata Carlos Sala recibe órdenes de replegarse a la Isla de los Estados. En su patrulla de guerra, el ARA Santiago del Estero, navegó 4012 millas náuticas (7430 km) a lo largo de 36 agotadoras jornadas (del 8/12/1978 al 13/01/1979).

A modo de conclusión

Si bien no llegaron a entrar en combate, tanto los veteranos submarinos argentinos como sus adiestradas tripulaciones, supieron estar a la altura de las circunstancias y cumplir con las misiones encomendadas por la superioridad. En condiciones meteorológicas y de mar harto difíciles por la zonas de patrulla encomendadas, operando con medios ya algo anticuados, y en total aislamiento lograron hacer contacto con navíos de la Armada Chilena y permanecer a cubierto sin ser detectados.

Además sus Comandantes supieron interpretar las órdenes recibidas y fueron muy escrupulosos antes de tomar decisiones, no dejándose llevar por el nerviosismo ni la adrenalina que seguramente se siente al estar tan cerca de lanzar el primer torpedo en combate real, decisión que sin duda hubiera sido el puntapié inicial de un conflicto argentino-chileno.

La yapa: armamento de los submarinos involucrados

El sumergible chileno “Simpson”, según atestigua su Comandante en ese entonces, contaba sólo con antiguos torpedos MK-14 (antisuperficie, propulsión a turbina –por lo que dejaba la clásica estela delatora-, trayectoria rectilínea y detonación por contacto) y MK-27 (antisubmarinos, de autoguiado acústico y detonación por contacto). En algunas imágenes de época se ve al “Simpson” conservando un antiguo cañón de 127mm ubicado a popa de la vela, de nula utilidad en una guerra moderna, pero aparentemente podría haber sido removido para 1978.

Foto 6. Un torpedo MK-14 "DUMMY" utilizado por nuestra Armada para adiestramiento en maniobras, que se encuentra exhibido en el patio de armas del Museo de la Fuerza de Submarinos ubicado en Mar del Plata (Fuente: www.historiadelbuceo.com.ar)

Los submarinos argentinos “Santa Fe” y “Santiago del Estero” disponían también para ataques antisuperficie de los poco confiables MK-14 diseñados en la década del 30 y muy empleados en la 2da Guerra Mundial, pero como ventaja disponían de los torpedos antisubmarinos MK-37 filoguiados y de mayor confiabilidad desarrollados en los años ´50.


Relato basado en las siguientes notas periodísticas:

“La Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina en la crisis de 1978”
Autor: Ricardo Burzaco / Revista DEYSEG Nro 43 / Argentina
(Publicado en la web por http://www.mgp-club.com)

“La Fuerza de Submarinos de la Armada de Chile en el conflicto de 1978”
Autor: Iván Martinic / Diario El Mercurio / Chile
(Publicado en la web por http://www.mgp-club.com)

Otras fuentes.

lunes, 14 de marzo de 2011

Versión inglesa del ataque al submarino ARA Santa Fe (S-21) en Grytviken

La "versión inglesa" del ataque al submarino argentino ARA Santa Fe (S-21) en Georgias del Sur llevado a cabo el 24 de abril de 1982, da cuenta de la participación de seis (6) helicópteros de la Royal Navy: un (1) Westland Wessex HAS.3, un (1) Westland Lynx HAS.2 y cuatro (4) Westland Wasp HAS.1.

Agrega además que se lanzaron sobre el submarino: dos (2) cargas de profundidad MK-11, un (1) torpedo MK-46 y nada menos que ocho (8) misiles AS-12, esto además de los disparos de ametralladora efectuados contra la vela. Una historia que parece exagerada, y que de suponerse cierta, haría pensar en un milagro, en impericia de los pilotos o en fallas en el armamento, dado el escaso efecto destructivo sobre la nave argentina (Si bien fue averiada y dejada fuera de combate, era de esperarse con este tipo de ataque que hubiera una destrucción total).

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El detalle que se da del ataque puede resumirse de la siguiente manera:

Helicóptero: Westland Wessex HAS.3 “Humprey”
Matrícula: XS142
Embarcado en: Destructor clase County HMS Amtrim (D18)
Tripulación: Stanely y otros.
Acción: Detecta al submarino por radar y lo identifica visualmente, atacándolo con cargas de profundidad.
Hora: 4:55 / 5:00 AM.
Armas empleadas: Dos (2) cargas de profundidad MK-11.
Resultado del ataque: Explosiones a babor del submarino.

Recreación artística que muestra al Westland Wessex HAS.3 XP142 “Humprey” del HMS Amtrim tratando que comprobar el resultado del lanzamientos de las dos cargs de profundidad arrojadas sobre el submarino ARA Santa Fe (Ilustrado por: Autor Desconocido – Fuente: Máquinas de Guerra)

Helicóptero: Westland Lynx HAS.2
Matrícula: XZ725
Embarcado en: Fragata Tipo 22 HMS Brilliant (F90)
Tripulación: Barry Bryant y Nick Butler.
Acción: Ataca al submarino lanzándole un (1) torpedo MK-46. Efectúa también disparos de ametralladora.
Hora: 5:05 AM.
Armas empleadas: Un (1) torpedo MK-46. Una (1) ametralladora de 7,62mm.
Resultado del ataque: El torpedo no da en el blanco y queda girando por debajo del submarino bajo el agua sin explosionar. Probables impactos de ametralladora en la vela.
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Helicóptero: Westland Lynx HAS.2
Matrícula: XZ729
Embarcado en: Fragata Tipo 22 HMS Brilliant (F90)
Tripulación: John Clark y Paul McKay.
Acción: Ataca al submarino con disparos de ametralladora.
Hora: 5:30 AM.
Armas empleadas: Una (1) ametralladora de 7,62mm.
Resultado del ataque: Probables impactos de ametralladora en la vela.
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Helicóptero: Westland Wasp HAS.1
Matrícula: XS527
Embarcado en: Buque polar HMS Endurance (A171)
Tripulación: Tony Ellerbeck y David Wells.
Acción: Ataca al submarino en tres (3) oportunidades, yendo a su nave a rearmarse en cada ocasión.
Hora: +5:10 AM.
Armas empleadas: Seis (6) misiles AS-12 (dos en cada ataque)
Resultado del 1º ataque: un misil da en la vela averiando bombas y sensores, el otro queda corto por 30 metros.
Resultado del 2º ataque: un primer misil falla y se desvía de rumbo. El segundo perfora la aleta de popa y estalla en el mar.
Resultado del 3º ataque: un misil falla y debe ser desprendido. El siguiente da en la vela, destruyendo bombas, antenas y periscopio.

Imagen artística que recrea el momento en que el Westland Wasp HAS.1 XS527 del HMS Endurance lanza un misil AS-12 sobre el submarino ARA Santa Fe (Pintado por Daniel Bechennec – Fuente: http://yellowairplane.com)
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Helicóptero: Westland Wasp HAS.1
Matrícula: XS539
Embarcado en: Buque polar HMS Endurance (A171)
Tripulación: T. Finding y R. Nadin.
Acción: Ataca al submarino con misiles.
Hora: +5:10 AM.
Armas empleadas: Dos (2) misiles AS-12.
Resultado del ataque: el primer misil erra el blanco por 50 metros. El segundo da en la vela sin estallar.

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Helicóptero: Westland Wasp HAS.1
Matrícula: XT429
Embarcado en: Fragata Tipo 12 HSM Plymouth (F126)
Tripulación: Joe Harper y Dransfield.
Acción: Ataca al submarino con misil aire-superficie.
Hora: +5:10 AM.
Armas empleadas: Un (1) misil AS-12.
Resultado del ataque: el misil hace impacto en la línea de flotación en el cuarto de estribor del submarino, pero aparentemente se queda corto.

La campaña del Westland Wessex XP142 "Humprey" ilustrada en las marcas pintadas sobre la puerta de su cabina. Entre evacuaciones de heridos (cruces), infiltraciones de comandos del SAS (dagas), y rescates varios (Letra 3 seguida de la cantidad de rescatados), destaca la silueta y el nombre del submarino Santa Fe, para conmemorar el ataque realizado con cargas de profundidad que fue vital para ponerlo fuera de combate.
(Fuente: seayourhistory.org.uk)

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Cómo síntesis habrían hecho impacto directo sobre el submarino 4 (cuatro) misiles AS-12. Pero las dos cargas de profundidad MK-11 que explosionaron a babor del Santa Fe provocaron el daño clave, al anular su capacidad de inmersión. También hubo impactos de metralla en la vela.

Fuente:
Malvinas la Guerra Aérea. Ediciones Open Argentina. 1988. Tomo 2. Versión inglesa.

sábado, 12 de marzo de 2011

Submarinos argentinos en acción I: El ARA Santa Fe (S-21) en la Guerra de Malvinas

El ARA Santa Fe (S-21) un venerable submarino clase GUPPY (para ver detalles de esta clase de submarinos haga click aquí) incorporado por la Armada Argentina en 1971, tuvo activa participación en la gesta de Malvinas del año 1982.

La nave estaba en ese entonces al mando del Capitán de Corbeta Horacio A. Bicain. La primera tarea (30/03/1982) que se le asigna es conformar el Grupo de Tareas 40.4 dentro de la Fuerza de Tareas 40 que llevaría a cabo el desembarco para recuperar las Islas Malvinas (Operación Rosario). Su misión: transportar a las islas a 13 hombres de la Agrupación Buzos Tácticos cuyo principal objetivo era la demarcación de las playas de desembarco para guiar a los vehículos anfibios LVT7A1 que transportaban a los infantes de marina.

Para ello el 27/03 zarpa de la Base Naval Mar del Plata. Ya en aguas de Malvinas, cerca de las 2:30 AM del 2/04 los buzos tácticos desprenden sus botes del submarino y se dirigen a las playas. Cumplido su cometido el ARA Santa Fe se sumerge y se aleja a espera de novedades. Con la noticia del éxito de la Operación Rosario y la satisfacción de la misión cumplida retorna a Mar del Plata adonde arriba el 7/04.

Foto 1. Los buzos tácticos se toman un descanso luego de la recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982. Trece de ellos partieron en botes desde el ARA Santa Fe.(Fuente: www.flickr.com post by Pablo Andreotti)

El 16/04 por la noche zarpa de Mar del Plata con una nueva misión, transportar una fracción de infantes de marina, denominada Grupo de Apoyo Golf, para reforzar a la guarnición argentina destacada en el puerto de Grytviken, Georgias del Sur. Tras una navegación bastante accidentada debido a una serie continua de averías (El grupo propulsor, compuesto por tres motores nunca funcionó a pleno, debiendo hacer parte de la travesía con dos de ellos y en algunas ocasiones sólo con uno), el 24/04 cerca de media noche ingresa a la Caleta Vago y desembarca a los infantes de marina y sus pertrechos.

El 25/04 a las 5:30, y ante la confirmación de la presencia de buques de guerra enemigos en la zona, zarpa de Grytviken buscando aguas profundas. A poco tiempo de iniciada la navegación el ARA Santa Fe es sorprendido en superficie por un helicóptero Westland Wessex HAS.3 "Humprey" (XP142 perteneciente al destructor clase County HMS Amtrim –D18-) que aparece por popa y llega a lanzarle dos cargas de profundidad MK-11 por babor. Las explosiones levantan la proa del submarino y provocan un corte de energía y comunicaciones. Ante esta situación el Santa Fe busca regresar a la caleta defendiéndose de los helicópteros con fuego de fusil y ametralladora practicado desde la vela, dejando tras de sí una cortina de humo y aceite.

Poco tiempo después hace su aparición un Westland Lynx HAS.2 (XP725 de la fragata Tipo 22 HMS Brilliant –F90-) que efectúan lanzamiento de torpedos MK-46 sin acertar el blanco. Un tercer helicóptero, en este caso el Westland Wasp HAS.1 (XP429 de la fragata Tipo 12 HSM Plymouth –F126-) aparece en escena disparando un misil AS-12 que siguió una trayectoria errática sin dañar al submarino argentino. A la cacería se suma luego un Westland Wasp HAS.1 (XS527 del buque polar HMS Endurance –A171-) que dispara un misil AS-12 que impacta en la vela sin explosionar y la atraviesa de lado a lado, debido al material del que estaba compuesta la misma (GPR – Glass Reinforced Plastic, plástico reforzado con fibra de vidrio). Es por esta acción que el Cabo Camarero Alberto Macías, que estaba en la vela amunicionando la ametralladora pierde su pierna derecha. Un tercer Westland Wasp HAS.1 (XS539 embarcado en el buque polar HMS Endurance) participa también del ataque aunque como apoyo de su compañero de escuadrilla. En síntesis, el veterano Santa Fe, resulta atacado con cargas de profundidad, torpedos, misiles y fuego de ametralladora disparados desde 5 (cinco) helicópteros británicos que operan con la fuerza naval inglesa destacada en Grytviken, para rescatar las Geogias del Sur.

Foto 2. El ARA Santa Fe amarrado en Grytviken luego del ataque de los helicópteros británicos. Nótese la escora hacia babor producida por la entrada de agua por los rumbos en su casco (Fuente: www.fuerzasmilitares.org)

A pesar del furioso ataque al que es sometido el venerable Santa Fe, la tripulación logra llegar al muelle de Grytviken a las 7:30 bajo la cobertura de fuego de los infantes de marina apostados en tierra. El capitán ordena abandonar la nave y tomar posiciones junto a los defensores.

Ante la abrumadora disparidad de fuerzas, las tropas argentinas y los submarinistas se rinden a las 16:00, minutos después de arriar el pabellón nacional en formación de honor.

Añadir imagen Foto 3. Muy buena imagen del maltrecho Santa Fe recortado sobre los picos nevados de las Georgias. Se observa la escora hacia babor y el daño que ocasionó el ataque inglés en la vela de plástico reforzado con fibra de vidrio que deja ver parte de su estructura interna (Fuente: www.gacetamarinera.com.ar)


Foto 4. Detalle de los daños producidos en la vela del ARA Santa Fe por los helicópteros británicos. Además de la destrucción ocasionada por el misil, son facilmente apreciables los impactos de ametralladora. (Fuente: www.flickr.com post by Modly)

El 26/04 los ingleses deciden trasladar al ARA Santa Fe, escorado y hundido de popa, al muelle de la antigua factoría ballenera, a unos 400 metros de donde estaba amarrado, para liberar el muelle principal de Grytviken. Para ello piden la colaboración del CC Bicain y de seis de sus hombres que son custodiados de cerca por infantes de marina británicos. Durante la maniobra, desafortunadamente un infante de marina británico dispara contra el Suboficial Primero Félix Artuso hiriéndolo de muerte, al interpretar el movimiento de abrir unas válvulas de lastre para corregir la escora y lograr mayor estabilidad, como un intento de sabotaje para provocar el hundimiento de la nave (*).

Foto 5. Esta foto recorrió el mundo. Marinos británicos entierran con honores al Suboficial Primero Félix Artuso en Grytviken.

El submarino de todas formas llega a su nueva posición de amarre. Un pelotón de ingenieros británicos sube a la nave para comprobar los daños causados: el eje de babor había sido cortado, el motor de la misma banda había saltado de su bancada por el efecto de las ondas expansivas de las cargas de profundidad, la vela se hallaba con varios rumbos por efecto de los misiles y presentaba numerosas roturas en los conductos de aceite, fuel oil y aire. Al poco tiempo se hunde, apoyándose en el fondo a 20 metros de profundidad y escorado hacia babor, dejando ver sólo su maltrecha vela.

Pero allí no iba a terminar la historia, tres años después, en 1985 la Dirección de Servicios de la Marina del Ministerio de Defensa del Reino Unido, ordena el salvamento del capturado ARA Santa Fe (S-21) a fin de removerlo del fondeadero de la Caleta Vago y trasladarlo como "trofeo de guerra" a Gran Bretaña. Entre el 8 y el 11 de febrero de 1985 el submarino logra ser reflotado y comienzan los trabajos para obturar los rumbos en el casco y la vela. El 20/02/1985 cuando inicia su travesía hacia el Reino Unido remolcado por el remolcador Salvageman, y a causa de un fuerte temporal se hunde para siempre en aguas abiertas, más precisamente en la posición 54°08.5′″S 36°19.8′″O.

Foto 6. "Últimas imágenes del naufragio", el ARA Santa Fe escorado parece recostarse sobre el remolcador Salvageman, "negándose a seguir la navegación hacia Gran Bretaña".

Foto 7. Imagen similar desde la banda de estribor. El ARA Santa Fe escorado sobre el Salvageman. Al fondo "contemplando" la escena el HMS Endurance (A-171). (Fuente: www.histarmar.com.ar)

La Yapa: ¿El ARA Santiago del Estero (S-22) participó del conflicto?

La respuesta sería un “NI”. Pese a haber estado radiado de servicio desde diciembre de 1981, la Armada le tiene una misión asignada: engañar a los ingleses con su verdadera capacidad submarina. Para ello ordena el desplazamiento del retirado submarino ARA Santiago del Estero (S-22) aún en la Base Naval Mar del Plata (BNMP) hacia la Base Naval Puerto Belgrano (BNPB) apoyado por los remolcadores ARA Tehuelche (R-3) y ARA Querandí (R-3). La navegación debió hacerse en superficie dada la limitada capacidad operativa del “Santiago del Estero”. Durante la guerra no volvió a salir del puerto, pero revistaba a los "ojos enemigos" como una unidad más de las que operaban desde la BNPB.


(*) Los restos del Suboficial Primero Félix Artuso descansan en el cementerio de Grytviken como un mojón más de nuestra soberanía sobre esas tierras.

Fuentes
http://es.wikipedia.org/wiki/ARA_Santa_Fe_(S-21)
http://www.elsnorkel.com
http://www.gacetamarinera.com.ar
http://www.histarmar.com.ar
http://www.irizar.org - “Uno contra todos” por jorge R. Bóveda
La guerra de las Malvinas. Ediciones Fernández Reguera. 1987.
Máquinas de Guerra. Enciclopedia de las armas del siglo XX. Planeta Agostini. 1986.
Malvinas la Guerra Aérea. Ediciones Open Argentina. 1988.
Museo de la Fuerza de Submarinos.
Otras varias.